NUEVAS HISTORIAS
· Para que el pueblo de Dios nunca considere la eucaristia como un deber molesto, sino como una fiesta gozosa para celebrar con el Señor y con los hermanos, roguemos al Senor.
Autor: Desconocido
Un experto asesor de empresas en Gestion del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.
Saco de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo coloco sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamano de un puno y pregunto: ¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?
Despues de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezo a meter piedras hasta que lleno el frasco.
Luego pregunto: ¿Esta lleno?
Todo el mundo lo miro y asintio. Entonces saco de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metio parte de la gravilla en el frasco y lo agito. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrio con ironia y repitio:
¿Esta lleno?
Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no.
¡Bien!. Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzo a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
¿Esta lleno? pregunto de nuevo. ¡No!, exclamaron los asistentes.
¡Bien! –dijo-, y cogio una jarra de agua de un litro que comenzo a verter en el frasco. El frasco aun no rebosaba.
Bueno, ¿que hemos demostrado?, pregunto.
Un alumno respondio: Que no importa lo llena que este tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan mas cosas.
¡No!, concluyo el experto: lo que esta leccion nos ensena es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podras colocarlas despues.
¿Cuales son las grandes piedras en tu vida? ¿Tus hijos, tus amigos, tu iglesia, tus suenos, tu salud, la persona que quieres? -Recuerda, pon primero las que sean mas grande para ti. El resto encontrara su lugar.
El Mono Y La Mona.
Sentados en la rama de un arbol, el mono y la mona contemplaban la puesta de sol. En cierto momento, ella pregunto:
- ¿Que hace que el cielo cambie de color a la hora en que el sol llega al horizonte?
- Si quisieramos explicarnos todo, dejariamos de vivir, respondio el mono. -Quedate quieta, vamos a dejar que nuestro corazon disfrute con este romantico atardecer.
- La mona enfurecida le dijo: Eres primitivo y supersticioso. Ya no le prestas atencion a la logica, y solo te interesa aprovechar la vida frente a poemas y relatos.
En ese momento, pasaba un Ciempies.
- ¡Ciempies!, grito el mono. ¿Como haces para mover tantas patas en perfecta armonia?
- ¡Jamas lo pense!, fue la respuesta.
-¡Pues piensalo! ¡A mi mujer le gustaria tener una explicacion!
El ciempies miro sus patas y comenzo:
-Bueno... flexiono este musculo... no, no es asi, yo debo mover mi cuerpo por aqui...
Durante media hora trato de explicar como movia sus patas, y a medida que lo intentaba, se iba confundiendo cada vez mas. Cuando quiso continuar su camino, ya no pudo seguir caminando.
- ¿Ves lo que hiciste?, grito desesperado. ¡Con el ansia de descubrir como funciono, perdi los movimientos!
-¿Te das cuenta de lo que ocurre con aquellos que desean explicar todo?, dijo el mono, volviendose una vez mas para presenciar la puesta de sol en silencio.
Tremendo misterio este que de las oraciones y voluntarios sacrificios de unos pocos, depende la salvacion de muchos". (Pio XII)
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